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Melena al viento y cabalgando por la banda derecha de Mestalla con el cuerpo encorvado. Esa es la imagen que se me aparece ante los ojos cuando pienso en Rufete, aquel jugador de banda derecha que estuvo entre 2001 y 2006 en aquel Valencia que peleaba ligas y Copas de Europa. Ahora, en un club totalmente distinto, cuyo objetivo es mantenerse en Primera División, aparece de la cantera Fran Pérez, el hijo de Rufete, dispuesto a repetir las carreras en banda de su padre.
El chico gasta pelazo. Y no hablamos de la melena lacia de su progenitor. Lo suyo es volumen, consistencia, cantidad. Pelo que no se despeina, que se mantiene inalteralble tras ocho horas de sueño. Además, parece ser más estilista que el padre. A Rufete le recuerdo tosco en sus movimientos, pero eficiente. A Fran más estiloso. Digamos que más divertido al ojo.
Por momentos me retrotrae a aquel Diego Capel que debutaba con el Sevilla. Extremo que agachaba la cabeza, que daba la sensación de imparable siendo un crío y que tenía cosas de figura. Luego la vida es la que es. Por cierto, también tenía pelazo, pero más Rufete style.
Al vástago no se le puede pedir más. A Rubén Baraja, del que no se esperaba nada, le salió bien la jugada al tirar de los chavales. Y la apuesta por Fran Pérez ha sido buena. Al menos como espectador, es el que más me entró por lo ojos. Más incluso que los Javi Guerra o Alberto Marí.
Del muchacho me encanta un detalle de su etapa formativa. No que haya pasado por la categorías inferiores del Valencia, que tiene su lógica y probablemente su parte hereditaria. Lo que mola es que haya empezado en un club cuyo nombre es Lacross Babel. No sé si tendrá que ver, pero pienso en ese deporte llamado Lacrosse. Hace unos años no tenía la más mínima idea de su existencia, hasta que en una novela de Paul Auster (4 3 2 1, creo), el protagonista lo practicaba. Haced una búsqueda en Google y veréis a gente enganchando una pelota con una sacadera de las que llevan los niños en la playa para tratar de trincar alguna varita de merluza.
El futuro es incierto para estos chavales. ¿Hará Fran Pérez carrera en el Valencia como su padre? ¿Se aventurará en el futuro en lo de los despachos?. Cuidado con lo segundo. Todavía resuenan las palabras del periodista José Ramón de la Morena en Onda Cero cuando en 2020 el Espanyol bajó a Segunda con Rufete a los mandos de la dirección deportiva: “Nunca pude entender qué es lo que vieron en Rufete para ponerlo a cargo de su dirección deportiva. Su atuendo antiguo y cateto de gorra de béisbol y pantalones cortos para hacer de entrenador me hizo ver como había destrozado la cantera ejemplar que siempre tuvo el Espanyol para ponerlo en manos del hijo del alcalde del pueblo de su mujer”.
